La impresión 3D es una de las mejores formas de obtener bienes de producción de bajo volumen. Sin embargo, la impresión 3D de plástico suele tener una contrapartida importante: piezas con acabados superficiales toscos. Los procesos de fusión de lecho de polvo, como el sinterizado selectivo por láser (SLS) y HP Multi Jet Fusion (MJF), dejan un acabado superficial mate, similar al de un terrón de azúcar. El modelado por deposición fundida (FDM) muestra líneas de capa bien definidas. Durante los últimos 30 años, el acabado superficial posterior al proceso, como el volteo con medios abrasivos, el acabado manual o los revestimientos, han mejorado ligeramente el acabado superficial de las piezas impresas en 3D. Si la estética es una prioridad, los ingenieros pueden optar por otros procesos, como el moldeo por inyección, el mecanizado o la fundición de uretano.